sábado, julio 29, 2006

Viaje o El tramo entre la risa y el llanto

Sí.
No puedo escribir.
Tanto me carcome en la sangre el vaho tranquilo de tu respiración que mi mente se nubla demasiado.
La sonrisa llena momentáneamente el ambiente mientras el ahogado grito de desesperación se deja ver por entre las manos.
Uñas cada vez mas cortas y pulmones plomos.
¡A ti te invoco! ¡A ti, maldito hijo de la Primera Ramera!
Intranquilo vaivén pectoral deriva a dientes apretados.
¿Es esto agonía? ¡Una soga por favor, detén el tren!
Bebe cafecito, calmará el frío del corazón. ¡NO!
Tómame, aprieta con tus cálidas manos mi corazón destajado, y conviértelo en el río que cubrirá tus dedos, tus uñas y tu mugre.
¿Quién tirará del piso? ¡El vagón se mueve demasiado!
Turbulencias en el vuelo, deriva al llanto; una mujer me sonríe hoy. Al igual que tú, mañana no existirá más que en mi pecho y la incertidumbre reinará.
¡Calma tu fuego, por favor! ¡Detén la llama que incendia mis pupilas desgastadas en alcohol o mis dedos cafés sumergidos en humo! ¡Detén la chispa que me prolonga en medio y mas abajo! Vete antes que te encadene en mi vida a esta lágrima que cae.
Pienso que agonizo. Luego, agonizo de verdad.
¡Te bebí sin leer tu etiqueta! Y qué iba a saber yo que en tus besos se escondía la cicuta si tu envase era mas bello que el de la cerveza. No hay tiempo.
Pero si hay cerveza. Y si no, bueno, la soga está armada; esta agonía es mas lenta. Luego, la mejor decisión no es la soga, y si mis nudillos acariciaron tus entrañas en la ciudad de las sábanas, no hay nada mejor que utilizarlos humedecidos en ti para congelarte en el tiempo.
La luz ya no parpadea. Ahora sí puedo escribir.

miércoles, julio 19, 2006

Homónimo (asalamana)

He aquí el aullido que se pasea por cada aula del pasillo, tiñendo y destiñendo a su gusto y masturbando mentes en un puerta-a-puerta que no tarda más de 2 segundos en dar la vuelta al globo.
He aquí el libro de firmas para todo aquél que camina sin tiempo que perder, avanza apuradísimo mientras le llueven piedras sobre los informes de última hora y los reportajes en directo desde el epicentro en sí.
He aquí las cartas sin remitente y el destinatario que muere cada media hora, al fallar las conexiones a la gran-super-mente.
He aquí las partituras en pentagrama y llave de Re, tan complejas tan complejas que ni el Magno magnífico se atreve a desafiar.
Les presento a continuación el testimonio en vivo de los que han sobrevivido a la dictadura de lo cotidiano, o al menos así se presentan en público los seniles viejos vejestosos, educadores que sólo vomitan.
Les presento aquí la revolución misma, la de mentira y de partidarios que se quedan en cama durmiendo y dando vueltas entre recuerdos que nunca vivieron e imágenes pornográficas bajadas de Internet.
He aquí el epitafio sin mayúsculas para un período sin mayúsculas, he aquí el currículum vitae de una generación intranquila y disconforme, sin mayúsculas.

He aquí un verso sin fonda ni formo.

sábado, julio 15, 2006

Torpeza consciente / Alienación absolutista anti-monárquica

A tropiezos y por callejones sin entrada,
confuso y bipolárico entre nieblas españolísimas
del Nuevo Mundo,
con las llantas aburridas y el tiempo perdido rebotando en el pistón,
avanzo lenta y recelosamente
a bocinazos para que alguien se despierte.

A pesar del anónimo llamado
a escribir con pies y cabeza
en los buzones particulares y
correos postales,
no me doy el tiempo de cercenar palabras
para que de a dos dedos nos entendamos.
Y si con cifras pudiera, lo gritaría
tan fuerte
que los de Nueva York me balearían por irracional,
y es que el sueldo del absurdo no alcanza
para cotas de malla,
mucho menos palacios y cafecitos.

Como aún no pretendo violarme
a ninguna estrella de la farándula,
más me vale conseguir
agua y jabón;
aunque no sé si rasurarme la frente
y lavarme la siquis, centrifugarla
y dejarla desangrarse en el patio de sacrificios,
o bien entrar a tijeretazos
en el pubis amazónico,
e increpar al instinto de contravoltaje.
De una u otra forma estarán orgullosos,
orgullosos de tenerme entre sus filas por fin,
y no mandando recados a medio mundo
con frases que sudan identidad
y con olor a quintas dimensiones.

jueves, julio 13, 2006

Noche de un verano de sueño

Tortuoso aullido en noche de luna ensordecedora,
quiebra el silencio del chillido arcaico y cliché
en la puerta de la habitación.
Cierra los ojos y siente el palpitar
del llanto angustioso del can callejero.

Recostado en lágrimas derramadas en antaño,
y las manos bañadas en cabellos y sangre.
Voz corrompida por la congoja
y viento en la ventana,
auxiliando el calor de la ira en otoño.

Respiración agitada, aullido silencioso,
aleteo mental desgarrando el pecho.
Clamar por compasión no es válido.
Vestido de gala y una copa rota
en los muslos mojados por el vino carmesí.

Ácido en la boca, mañana repugnante,
nebulosa actitud en la naturaleza,
Hojas bajo el sol humeante.
Humedad en tus dedos por la
cicatriz de antaño abierta bajo el humo.

Rosa invisible, regalo místico,
palabras al oído, caricias en tus dedos.
Un beso placentero
y un adiós somnoliento, desganado.
En la cabeza palpitar salvaje.

Sentarse en el sofá, cerrar los ojos.
Dormir con el viento de un grito.
Silencio en la multitud.
Abrir los ojos, cabeza marchita,
palabras flotantes, soledad infinita.



¡¡Posteen, mierda!!. Aunque sea un punto, para saber si nos leen o estamos puro moviendo las bolas.

miércoles, julio 12, 2006

Desierto

Y tomando la mitad de las maletas que han quedado vivas tras el ataque de las anguilas, y anunciándole con voz altanera a la provincia más altiplánica del nornordeste que mi garganta se destapa cuando el viento amarra los cadáveres al reflejo de los rayos catódicos, desprendo aquí y ahora mis ojos con las manos de Yocasta, blandiendo la sangre cremosa de la culpa por haber sido siempre tan impuro.

Por eso parto, partiéndome con la ayuda de todos los telefonistas, de los coleccionistas de satélite, de las gaitas indolentes que supuran el barro de la comuna, hacia una región más subterránea que el ascensor de las piscinas móviles, hacia un terreno encerrado en calicanto, libre de mar y diamantes. Llevo conmigo lo esencial, una fotografía de mi familia cuando éramos felices, un par de 2HB con la agenda de hojas verdes, y mis pies descalzos, prestos a atravesar corriendo estos diez palmos de fuego, en el nombre del fin.

lunes, julio 10, 2006

Acefalía contemporánea

Somos pocos los que recién estamos naciendo,
desenmascaramos con violenta sutileza las dermis pudorosas del compadre sin nombre.
Y en el camino a casa, o frente al espejo húmedo, a solas bajo la frazada y con el miembro alerta, nos atrevemos a ser iguales, más iguales, casi mejores y des-encubiertos.
Entre nosotros nos arpegiamos y nos reímos del hormigueo acéfalo, mimetizado consigo mismo, y bis-et-versa nos etiquetan de contrarios.
Pero ¿quién es diplomado cuando se trata de arbitrar tal debate campal?
La frontera de lo simplón se las da de dualidad, y con puños entintados imponemos algo raro, de sorpresa en el plano causando desajustes en el precio del dólar.
Nos soltamos un poco la tuerca de la cabeza para que fluya libremente una risa ya olvidada. Olvidemos que nuestras huellas quedaron clavadas en la infame piedra dactilar, y aprovechemos los quince minutos de rabia para fumarnos al resto, dejar sus peinados fractalizados al borde de la cuneta, sangrar la clandestinidad a domicilio, y cruzar los puentes con luz roja.